FANG RELIEF
FANG RELIEF | 65 x 54 cm | Mixta sobre tela | 2002
El concepto byéri, como ritual y culto a los antepasados, es con seguridad el eje central de las creencias fang (Guinea Ecuatorial, Gabón y Camerún). Es la encarnación del poder de un credo y de la fuerza sobrenatural, concentradas en pequeñas cajas cilíndricas, que, realizadas con la corteza de árbol (nsékh byéri), servían de recipiente para depositar parte de los restos mortales del antepasado de un clan o linaje (ayong). Sobre ese reducido santuario se erigía una talla en madera que representaba al ancestro. Esa figura, una expresión perfecta que conjuga fuerza, poder, fiereza y serenidad, era el guardián y protector de la familia. Su potencia y su magia trascendían al primogénito, de generación en generación, como el mayor bien que pudiera ser heredado. No existía posibilidad de crear nuevos linajes o clanes, salvo que el primogénito cediera alguna de las antiguas reliquias contenidas en el byéri original. Sólo así podía concebirse un nuevo clan. Pero las reglas no escritas hacían saber a su fundador que ese reciente byéri no obtendría todo su potencial mágico-religioso hasta el día de su propia muerte.
The Byéri concept, as an ancestral ritual and cult, is certainly the central axis of the Fang beliefs (Equatorial Guinea, Gabon and Cameroon). It is the incarnation of the power of a creed and of supernatural strength, concentrated in small cylindrical boxes that were made of tree bark (nsékh byéri). These served as recipients in which to deposit part of the mortal remains of the ancestor of a clan or lineage (ayong). Over this small sanctuary a wooden carving was erected, which represented the ancestor. This figure, a perfect expression that enjoined strength, power, fierceness and serenity, was the guardian and protector of the family. Its power and magic was passed on to the firstborn, from generation to generation, as the best thing that could be inherited. There was no possibility of creating new lineages or clans, unless the first-born ceded some of the old relics contained in the original byéri. Only in this way could a new clan be conceived. But the unwritten rules of its founder declared that this current byéri would not obtain all his magic-religious potential until the day of his own death.