TSOGHO RELICARIO (detail)
TSOGHO RELIQUARY | 81 x 65 cm | Mixta sobre tela | 2006
El antiguo pueblo de los Tsogho (Gabón) creía que su tesoro más preciado no eran piedras ni metales preciosos, sino las almas y los recuerdos de sus antepasados. Guardaban las preciadas reliquias de sus ancestros en cámaras secretas del templo, envueltas en planchas de cobre y atadas con lianas kotaghota. Ese es el culto mágico de la sociedad iniciática Bwiti; síntesis de ritos y sesiones secretas, que gravitaban alrededor de la planta sagrada Iboga -Tabernanthe Iboga-. Su poción era entregada al iniciado como un regalo para que, tras su juramento -Na bwiti un besu-, pudiera obtener los conocimientos del más allá y presentarse ante los ancestros y dioses. Era un sueño escalofriante. Una muerte trascendental que permitía percibir, al final del camino, el rostro de Mebeghe, aquel que no tiene ni madre ni padre. Al resucitar de esa muerte espiritual, el brujo –Kombo- , se valía de todos sus poderes para introducirse en el inconsciente de su discípulo e indagar sobre las formas que había visto y las palabras que había oído, hasta averiguar, finalmente, si había conocido a Bwiti.
The old people of the Tsogho (Gabon) believed that their most valuable treasure was not precious stones or metals, but the souls and the memories of its ancestors. They kept the valuable relics of their ancestors in secret chambers of the temple, wrapped in copper sheets and tied with kotaghota vines. This is the magic cult of the Bwiti initiation society; synthesis of rites and secret sessions, which gravitated around the Iboga sacred plant - Tabernanthe Iboga -. Its potion was given to the initiates as a gift so that, after their oath - Na bwiti a besu -, they could obtain the knowledge of the beyond and be presented to their ancestors and gods. It was a hair-raising dream. It is a momentous death that allowed you to perceive, at the end of the road, the face of Mebeghe, a person with neither mother nor father. On being resuscitated from this spiritual death, the sorcerer -Kombo -, it was worth all their powers to be introduced into their subconscious of their pupil and to investigate all the forms that he had seen and the words that he had heard, even discovering, finally, whether he had met Bwiti.